lunes, 5 de diciembre de 2011

Librarnos del amor

Cada día conozco mujeres inteligentes, seguras de sí mismas, independientes, autónomas, que valoran y cultivan amistades con otras mujeres porque sabemos que construir vínculos fuertes entre nosotras nos salva de la soledad, nos permite crecer y cuidarnos mutuamente. Son sin duda mujeres rebeldes y transgresoras.

Sin embargo de cara a las relaciones afectivas, al “amor” o la búsqueda de pareja toda la autodeterminación se deja en el tintero y es la mujer ancestral que todas llevamos dentro la que sale a relucir. Nuestras inseguridades salen a flote porque al mirar alrededor y no ver lo que buscamos empezamos a considerar que nuestros defectos son la causa de la soledad o de no encontrar “el amor”. Esa mujer ancestral guía nuestros pasos y las demás personas dejan de ser seres humanos ordinarios para ser proyectos de pareja. Una mirada, una palabra, un gesto se trasforma en promesa de amor eterno. Un beso en compromiso de felicidad e irse a la cama… eso es garantía de haber encontrado el alma gemela… incluso sin que la contraparte lo sepa.

Aprendí hace muchos años que en cada una habita un rebelde pero también, habita esa mujer milenaria que le teme a la soledad y al rechazo… pero me aterra que tantos años y luchas no nos hayan dado más libertad en este campo. No creo que todo el mundo deba terminar en pareja. No creo que tener pareja sea como llegar a la tierra prometida o al edén de leche y miel. Creo que esa angustia de encontrar al/a indicado/a, nos pone trampas dolorosas en las que nos terminamos perdiendo a nosotras mismas porque olvidamos quienes somos en cada intento de adaptarnos a los deseos de las demás personas y en nuestro intento de agradarles.

La seguridad en sí mismas no nos libra de la soledad. Pero si nos libra de relaciones de dependencia, desiguales, en las que terminamos negociando lo innegociable y cediendo incluso nuestra dignidad. No creo en fórmulas mágicas ni en soluciones tipo pero me gustaría que usáramos la inteligencia que tenemos en otras materias para disfrutar cada momento de la vida, de lo bueno y de lo malo, sabiendo que la compañía y el afecto se construyen en muchos modos y no solamente en pareja.

Me gustaría cuestionar la idea que tenemos tan fija de que el amor es una fuerza arrasadora, incontrolable e ingobernable que se convierte en el timón de nuestras decisiones cuando una nueva persona llega. Yo creo que el amor es una decisión. Y sobre todo creo que ponernos a nosotras mismas en el centro de nuestra vida es una decisión. Con tantas personas que hay en el mundo ¿por qué perder la cabeza y el corazón por una sola? Pensar el amor de esta manera lo ha configurado como el principal mecanismo de control sobre la vida y el cuerpo de las mujeres. Siendo así, hay que librarnos del amor!

Bombón

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El feminismo: estimulante transformación

Corro, corro, corro como corriendo con lobos. Descubrirse mujer, descubrirse feminista, mujer y feminista, feminista y mujer con otras múltiples identidades. Descubrirme así para mí ha implicado desgarrarme por dentro, armarme y desarmarme una y otra vez. Ese desgarramiento – doloroso, motivante, estimulante, sorpresivo – me ha dado alegría y libertad. De-construyendo en el hacer lo que se nos ha impuesto como el deber ser (esposa, madre, sumisa, pertinente, pasiva) va alborotando mis sentidos, mis movimientos, mis deseos, mis anhelos, mi ser. Voy sintiendo como crecen dentro de mi unas ganas infinitas de volar, de correr, de hacer, de crear, de escribir, de inventar … de inventarme mientras me imagino en el haciendo de la vida. Líneas muy personales que comparto en un espacio que reconoce lo personal como político, y que le apuesta a pensarse la política de la política, la construcción de sujetos políticos, de las subjetividades y las identidades como punto esencial para el derrocamiento del patriarcado y para la transformación social. Bellota

lunes, 14 de noviembre de 2011

La “brecha generacional”

He tenido que escribir de este tema en algunas ocasiones siempre porque me lo solicitan, pero esta es la primera vez que lo hago de manera voluntaria. No es un tema de mi interés, entre otras cosas porque no creo que exista tal cosa. La juventud es tan efímera que se va con cada exhalación. Escribo ahora por una experiencia reciente en un típico seminario feminista en el que una mujer joven le preguntó a las ponentes “¿qué estaba haciendo el feminismo para convocar a las mujeres jóvenes a ser parte de sus iniciativas?”.

De partida este tipo de preguntas me genera cierto malestar, pero hasta ese día no entendía muy bien por qué. Pues la respuesta de una de las ponentes, a mi juicio una de las más destacadas feministas colombianas y una de mis maestras más queridas, me hizo entender mi sensación al dar una respuesta clara y concreta: las feministas “adultas” no tienen que hacer nada especial para “atraer a las jóvenes”. Son de tal tamaño los retos que enfrentamos en el mundo actual que sólo un poco de sensibilidad debería motivar en las jóvenes el deseo de empezar una militancia feminista o en cualquier iniciativa colectiva que busque la transformación social.

El feminismo ha sido traducido, transformado, reinventado y vivido por cada nueva generación de mujeres de manera distinta y particular y no son las adultas las que nos tienen que decir a nosotras cómo hacer feminismo, ni nosotras lo haremos con las más jóvenes, porque en el feminismo aprovechamos los logros de quienes ya dieron la lucha y desde ahí, cada quien se hace su propio camino individual y colectivo.

Tal como lo expresó la ponente ese día, el feminismo no es un partido político que debe buscar adeptas, es una forma de vida, basada en la libertad, la autonomía, la solidaridad y la conciencia crítica y por ello cada mujer debe analizar qué tanto aporta el feminismo a la construcción de su propia vida, reconociendo y agradeciendo lo que han hecho nuestras antepasadas pero pensando en cómo darle vida a un movimiento que se enfrenta a un monstruo de mil cabezas que renace cada día.

La última reflexión de ese día fue que pensar que existe algo como una brecha generacional hasta cierto punto es aceptar el código patriarcal de que lo joven siempre rechaza la anterior, o que lo mayor siempre envidia o anhela la juventud. En el feminismo cada una tiene un lugar, cada una enfrenta la lucha por la justicia y contra las opresiones en su propio contexto y con sus propias herramientas. Yo sólo agregaría que seguir insistiendo que existe esa brecha es negar las innumerables iniciativas de jóvenes que desde el arte, la acción política y las colectivas mixtas están poniendo en la calle nuestras consignas, peleando por el control de su propio cuerpo y de su sexualidad, pidiendo vidas más dignas para todos y todas.

Bombón

domingo, 23 de octubre de 2011

Poderes que transgreden

Sí, el patriarcado, el capitalismo, los neocolonialismos y los imperialismos existen. También el racismo. Estas estructuras de dominación se hacen realidad diariamente en relaciones de poder concretas que impactan la vida cotidiana. Aguantamos jefes indeseados y recibimos pagos irrisorios que no se compensan con todo nuestro trabajo. Nos relacionamos con hombres autoritarios, con mujeres “blancas” que se consideran superiores, con extranjeros que nos miran por encima del hombro. Algunas mujeres son golpeadas, migrantes son expulsados de los países a los que contribuyen con su trabajo diario, indígenas y afrodescendientes siguen siendo marginalizados por su etnia y su color de piel.
Sin embargo a esas prácticas de poder algunos y algunas responden con otras que buscan transgredir esas relaciones previamente establecidas. Hay poderes de resistencia, que en ocasiones pueden generar cambios, y otros poderes que podrían ser llamados emancipatorios, los cuales buscan la transformación de las desigualdades y las discriminaciones. Las mujeres que toman decisiones para cambiar su situación de subordinación lo construimos y lo ejercemos como individuos y colectivos. Un poder que no busca aplastar o dominar, sino que hace-transformando y luchando contra la dominación. Muchas veces ese toma la forma de poder colectivo y se hace el poder del yo puedo, tu puedes, nosotras podemos.
Viajando por Colombia y Centro América observe ese poder en distintas mujeres. En el Pacifico colombiano mujeres afro victimas de la violencia se organizan y trabajan entre una invisibilidad que las protege y una fuerza vital que moviliza demandas de verdad y justicia para nuestra sociedad. En Bogotá las mujeres de las localidades se han constituido en un actor que demanda con agenda en mano compromisos de la y los candidatos a la Alcaldía. Ellas, quienes se han politizado, están dinamizando el escenario buscando quienes responden a sus necesidades e intereses como mujeres.
En Guatemala los colectivos de mujeres lesbianas desafían la heterosexualidad impuesta pero también el miedo y el terror que se sigue tomando las calles y el diario vivir de Guatemala. En Chiapas las indígenas hacen parte de las Juntas de Buen Gobierno de los caracoles zapatistas y desde sus propias lenguas expresan con encono que siguen en pie de lucha por el derecho a la autonomía. Las mujeres de las Abejas – aunque no hacen parte de los espacios de toma de decisión de su organización – sostienen con su labor económica las demandas por verdad, justicia y reparación de su comunidad. En D.F. colectivos de mujeres jóvenes feministas marchan por la UNAM exigiendo la expulsión de un profesor que ha acosado sexualmente por muchos años a estudiantes, a quien también ha agredido físicamente.
Los resultados de estas luchas no siempre se dan rápido, muchos toman años, décadas. Auque este profesor fue expulsado de la UNAM pocos meses después de las denuncias de una estudiante, las otras luchas no siempre dejan victorias visibles en la inmediatez del tiempo. No obstante son expresiones de cambio, de poderes en gestación, de transformaciones irreversibles que hacen distinta la vida de mujeres y que hará distintas la vida de nuevas generaciones, así como el feminismo de la primera y la segunda ola contribuyó a hacer distinta la vida de nosotras, las desacatadas.
Bellota

lunes, 17 de octubre de 2011

Confesión de una promiscua

No debe ser una experiencia nueva para quien se apasiona por algo pero para mí leer un libro de una feminista no me deja igual a cuando empecé. Nunca es una experiencia neutra o superficial.

Si no me gusta lo que leo, lo critico y lo tengo que compartir con alguien, de modo que me quede claro a mi misma que fue lo que no me gustó, no me convenció o simplemente en qué no estoy de acuerdo. No me pasa muy seguido debe ser porque todavía me falta mucho por leer… es tan diverso y rico el universo de producción teórica feminista que pasarán muchos años antes de sentirme satisfecha de haber logrado hacerme una panorama un poco más completo.

Si me gusta el planteamiento, me convence políticamente, abre mi mente a nuevas interpretaciones o nuevas experiencias, a nuevas visiones, debo confesar que me enamoro de la autora, quiero saber todo de ella, quiero leerla más y una y otra vez. Es como un ejercicio de placer mental leer sus palabras, imaginarla escribiendo y admirar su inteligencia, su claridad, su rebeldía. Mi experiencia de leer por ejemplo a Beatriz Preciado, ha sido de tipo sexual. Leer sus libros me proporciona placer sexual y no solamente porque de manera directa comparte su experiencias de transgresión, las que practica con su cuerpo y desde su sexualidad sino por la claridad, la rebeldía y el reto que representa para mi leerla.

En no pocas ocasiones me rebela mis posturas y opiniones como moralistas y sesgadas. Me interroga, me critica y me hace repensar asuntos que creía resueltos sobre mi cuerpo, sobre mí sexualidad. Cuando empiezo sus libros no puedo parar de leer. Espero que cada nuevo libro me permita conocerla más y así dar el paso que hace falta. Conocer su trabajo a profundidad para tener una mirada crítica, para encontrar sus quiebres, sus falencias. No soy de las que cree en el amor ciego. Mi promiscuidad teórica me ha enseñado que no me debo enamorar a la primera lectura, ni perder el sentido crítico, sino que hay que leer más y no olvidar nunca que la sujeta amada no es perfecta sino que es parcial e incompleta. Por ello, en mi búsqueda teórica no hay fidelidades ni amores incondicionales. Cada autora es un nuevo amor profundo, apasionado pero fugaz, porque así lo requiere mi búsqueda política... y mi búsqueda de placer.

Bombón

miércoles, 12 de octubre de 2011

Tres escenas lésbicas sin final alternativo. Escena tres: el espacio político

Pensar en sexo casual en un espacio de discusión política, me generaba muchas dudas, las cuales, asumo, tienen mucho que ver con una experiencia que tuve hace algunos años, cuando siendo una joven aprendiz de activista lesbiana feminista, participé en una sesión de trabajo de una organización LGBT, en la cual escuché el discurso de reprobación de la coordinadora de la reunión, mientras hablaba de lo poco recomendable que es buscar sexo o romance en los espacios políticos (que horror mezclar sexo y política, a quien se le ocurre!!). Tengo que reconocer que después de tamaño discurso moralizante sobre el deber ser del activismo político, comencé a castigarme mentalmente en las reuniones, y casi me pongo anteojeras para no ver o pensar en alguna de las atractivas lesbianas que asistían a las actividades…..viéndolo bien, cuanto tiempo perdido!!

Pasado el tiempo y superado el trauma, decidí probar suerte en otros espacios de activismo lésbico. Pensé que lo ocurrido en aquel, había sido producto de mi mala suerte y que en realidad la mayoría debían ser lugares de análisis y reflexión sobre el ejercicio político de las lesbianas, por lo cual temas como sexo y política seguro serían bienvenidos como una auténtica acción política antipatriarcal.

La primera reunión a la que asistí estuvo llena de muchas chicas, de todas las edades, butch, femmes, andróginas, con estilos punk, emo, new age; definitivamente el universo lésbico que encontré era muy rico, tanto que avizoré e imaginé(tal vez muy rápidamente) conversaciones o discusiones sobre poliamor, sexo casual, kamasutra lésbico, trios, triejas, orgias. Debo admitir que mi fantasía iba tomando fuerza….. hasta que comenzaron a proponer los temas de la reunión….la chica punk levantó su mano y mientras acomodaba su corte de pelo asimétrico decía……yo quiero que hablemos de cómo seducir a mi jefa!!....solo atiné a pensar “por las barbas de Bakunin!!!.....pero no me desanimé y seguí en mi silla, al tiempo que una butch levantaba una y otra vez su mano y su voz para ser escuchada, y dijo algo así como “mi novia es bisexual y tengo miedo que me deje por un hombre, qué puedo hacer?”....en las sillas de adelante una femme con falda y tacones de aguja decía que ella lo único que deseaba era una mujer que fuera fiel y se preguntaba “qué nos pasa, lo único que pido es una relación estable…..”( lo decía con voz compungida)…..

La burbuja de mi fantasía explotó en medio de lamentaciones de lesbianas que reclamaban amor al estilo convencional; ninguna cuestionó la monogamia, las exigencias del amor o las posibilidades subversivas de las relaciones entre lesbianas, era como una especie de melancolía por el paraíso patriarcal perdido. Por tercera vez me ocurría que mi búsqueda de sexo terminaba enredada en medio de la algarabía, la censura y el melodrama que desata el amor monógamo-patriarcal. Solo que ahora si estaba preocupada porque una cosa es un chat lleno de lugares comunes para la seducción on line, o un bar de conversaciones rápidas y efectistas, pero espacios políticos plagados de las más convencionales ideas sobre el amor, el sexo y las relaciones de pareja, eso es verdaderamente grave, porque son los escenarios desde los cuales se produce conocimiento, agenda y otros imaginarios…

En fin…supongo que el sentido común (heteropatriarcal) y los discursos de inclusión, se tragaron la imaginación y los finales alternativos del sujeto lesbiano…

lunes, 3 de octubre de 2011

SOBREVIVIENDO AL AMOR….LA TELENOVELA DE LAS ORGANIZACIONES DE LESBIANAS

Un chiste famoso dice, que lo siguiente que hace una lesbiana después de la primera noche, es llevar un camión con todas sus cosas a la casa de su nueva novia, sin embargo, pocas conocen el chiste que dice que lo primero que hace una lesbiana activista después de la primera noche es formar una organización con su nueva amante…….

 Así, han comenzado muchas organizaciones de lesbianas y de feministas, con una pareja original que después de la primera noche no solo siente que el amor y el deseo llama a su vida, sino también a su actividad política, hasta ahí todo bien, pues se supone que la apuesta de hacer política con sexo y deseo, es parte de la agenda lésbica, pero que pasa cuando se acaba el amor o cuando una de las integrantes de la pareja original se enamora de otra integrante de la organización?, pues cuando eso pasa, se arma la de safo!!.....comienza el llanto, las sospechas, las recriminaciones y las divisiones…. 

Frente a eso no hay poliamor que valga, no hay resignificación de las relaciones de pareja, no hay proyecto político, no hay nada que detenga la furia de la amante-compañera “engañada” o abandonada (alias la buena). Las organizaciones llegan hasta ahí, las solidaridades y complicidades políticas llegan hasta ahí. Pero no solo hablemos de la engañada o abandonada sino también de la otra (alias la mala), de la que está feliz con el nuevo amor (alias la amada amante), con quien comienza el ritual, y a la que después de la primera noche le dice, formemos una organización…..yo tengo unas nuevas ideas…

Admiro a las que se atreven a conservar su organización, pero es difícil, muchas me dicen que las discusiones políticas siempre parecen reclamaciones amorosas, que las contradicciones son insalvables, que el grupo queda dividido entre las amigas de la una y las amigas de la otra; de esta manera no hay posibilidades de construir colectivamente y al final una se va. Parece que el nuevo amor creara una amnesia temporal, que no le permitiera a las protagonistas recordar que no solo fue la pasión amorosa o sexual la que las unió sino también las ideas que comenzaron a brotar a partir de ahí.

Con esto no quiero decir que construir proyectos políticos a partir del amor y el sexo sea imposible, de hecho hay ejemplo de organizaciones que llevan años trabajando y cuyo motor de arranque fue un encuentro amoroso o sexual entre dos activistas, las cuales fueron capaces de reinventar el amor saliéndose del guión telenovelero y pasando a algo más parecido a un continuum lésbico.

Hacer política con sexo y amor, es subversivo, pero no automáticamente subversivo, para ello hay que resignificar esos conceptos, porque en su versión patriarcal no sirven para ese uso. La política no solo se hace con quien me cae bien o con quien piensa igual a mi o con mis incondicionales, el sexo no es una atadura y el amor no es un título de propiedad.

LISA

lunes, 19 de septiembre de 2011

No me quieras tanto

Se acercan las celebraciones amorosas y todavía no tengo amigx secretx, para darle un regalito y por supuesto, para recibir el mío. Si, ya sé que es una fecha muy comercial, pero ¿qué fecha no lo es? Compramos cristianismo en cada navidad y se aumentan las ventas de armas y banderitas en los días patrios. El caso es que esta fecha en particular me resulta además de un trueque de regalos que puede ser divertido, una fecha también muy paradójica.
¡Celebramos el amor! Pero que más peligroso que esta palabra en boca y manos de quienes consideran el amor un contrato de pertenencia. Quizá la sobredosis de chocolates y corazones rojos nos alborotan los sentidos y hasta terminamos dando las gracias a quienes han sido nuestros maltratadores el resto del año. Me abruma ver cuántas muertes de mujeres en nombre del “amor” se han cobrado. ¿Es acaso una maldición estar enamorada? ¿Una condena? ¿Por qué entonces se asocia tan fácil el crimen (la muerte, la no vida), con el amor (pasión, intensidad)?.
Clarena, Dora Consuelo, Martha Liliana, y otras cientos de mujeres (unas más anónimas que otras), pierden la vida cada año a manos de las personas con quienes alguna vez celebraron en esta fecha mientras prometían cuidarse, amarse y respetarse mutuamente y para toda la vida (¡!).
Lo primero que se pregunta la gente es: “¿pero qué pasó si se querían tanto?”, y como una ecuación matemática aparecen los argumentos: “perdió el control”, “estaba loco de amor”, “lo cegaron los celos”, “la quería demasiado”, “no podía vivir sin ella”. Todas estas excusas que van seguidas de intentos de explicación generalmente asociados con la “sospecha de infidelidad” de “sus” mujeres. En suma, un mal llamado “crimen pasional”… por lo que después de ver la noticia se podría concluir, ¡¿o sea que me pueden matar porque me quieren demasiado?!...
¿Cuántas mujeres están hoy al borde de la muerte, próximas a sumarse a las cifras de víctimas de violencias contra las mujeres, mientras seguimos inmóviles dejando que las puertas de las casas se cierren para no sentirnos cómplices de estos asesinatos? Dejemos fluir la pasión para expresarla con el cuerpo desnudo, para sentirnos vivas y vivos, para sentirnos libres, no para cortar la vida. Arriesguémonos a vivir nuestros amores con generosidad y amor propio, sin heroínas que mueran por amor, sin sacrificios suicidas. Compremos regalos, no parejas que nos hagan sentir dueños de nadie. Lo único que nos pertenece es nuestro propio deseo de amar.
Feliz día… ¡y demos una mirada a nuestros motivos para celebrar!
Burbuja

martes, 13 de septiembre de 2011

La rebeldía feminista desde el cuerpo, desde la sexualidad…

Parece de sentido común decir que ser feminista implica rebelarse contra los mandatos patriarcales sobre los cuerpos de las mujeres. Pero a veces, eso que parece tan sencillo resulta una de las tareas más difíciles porque desde la orientación sexual hasta la estética, desde la ropa hasta los deportes que practicamos, todo está atravesado por mandatos androcéntricos, heterosexistas y misóginos.

Sobre la sexualidad, feministas como Beatriz Preciado, cuestionan el hecho de que se pretenda que lo “sexual” o la “sexualidad” se encuentran en determinados lugares del cuerpo, en aquellos órganos directamente vinculados a la reproducción: el pene, la vulva, el pecho. La tradición nos hace pensar que el resto del cuerpo, como la boca, el ano, la piel, los dedos; no son órganos sexuales, lo cual recorta de manera significativa la posibilidad de goce sexual de las mujeres. Llama la atención acerca de los estereotipos que el régimen heterosexual construye sobre las relaciones lésbicas, en los que se tiende a tratar de ubicar la parte “masculina” o “fálica” lo que considera la autora, ha reforzado la idea de que para que haya sexo y placer sexual se requiere de por lo menos un varón.

Por su parte Iris Young, muestra cómo los cuerpos de las niñas que viven en zonas urbanas y de clase media o alta, son entrenados desde muy chicas para ser mujeres. Desde la postura corporal hasta la construcción de una percepción de debilidad y dependencia de la fuerza de los varones. Nos dice Young que vivimos en una cultura en la que aprendemos que una mujer fuerte, que pueda cargar, usar herramientas para reparar, practicar ciertos deportes es poco “femenina”, es decir, poco atractiva para los hombres. Nuestro cuerpo aprende a depender y por ello, no en pocas ocasiones se parte del supuesto de que las mujeres no sabemos clavar una puntilla ni reparar algún objeto que requiera herramientas o fuerza física.

De otro lado, esta misma autora analiza cómo los senos de las mujeres han sido expropiados de sus cuerpos para ser objeto de valoración, deseo y propiedad de los varones. Los discursos culturales se orientan a utilizar la imagen de los senos casi sin necesidad de que su portadora exista. La publicidad, la pornografía heterosexista, el discurso médico, entren otros, cosifican los senos y despojan a las mujeres de su propiedad y de la posibilidad del goce sexual que de ellos podríamos derivar. El contexto histórico y cultural patriarcal determina su forma, tamaño, disposición y forma de exhibirlos o no.

De cara a ello, el desacato feminista para liberar nuestro cuerpo debe empezar por un ejercicio político de autoerotismo. Encontrar el goce y el placer por nosotras mismas y conocer tan bien nuestro cuerpo que luego podamos, si lo decidimos, guiar a la/s pareja/s que escojamos. No ser objetos del placer de nadie sino ser sujetas de nuestro propio placer. De otro lado, aquellas que aprendimos la debilidad, tenemos que desaprenderla. Podemos entrenar nuestro cuerpo en cualquier actividad que deseemos: un deporte, cargas las bolsas de mercado, reparar un electrodoméstico. Un cuerpo de mujer no es débil en sí mismo y muestra de ello es la increíble capacidad de trabajo que han tenido a lo largo de la historia las mujeres campesinas, pobres, afrodescendientes, indígenas, las deportistas, entre otras que han parido, trabajado la tierra y su capacidad de trabajo ha sido explotada hasta el límite.

Finalmente, quiero invitarlas a una práctica clásica de las feministas de las Segunda Ola: tenemos que liberarnos del sujetador. Nuestro pecho en nuestro. Podemos sentir un placer inmenso en él y deberíamos disfrutar de la variedad de sus formas y tamaños; olvidemos el mandato moral, incluso, y aunque sé que es difícil, ignoremos la mirada juzgadora de los varones heterosexuales. Como hace casi cincuenta años, ¡No sólo quitémonos los sujetadores, hagamos una hoguera con ellos!

Bombón

sábado, 3 de septiembre de 2011

La violencia y la sexualidad… bastiones del patriarcado y la colonialidad

El patriarcado sin violencia no podría existir. Como dice Varela, la violencia es el arma por excelencia del patriarcado... ningún otro mecanismo habría conseguido la sumisión histórica de las mujeres si todo ello no hubiese sido reforzado con violencia” (Varela, 2005: 251). Esa violencia oscila entre las agresiones físicas que se han convertido en formas de castigo y control como los golpes – ejemplo de ello lo da el técnico de fútbol “Bolillo” Gómez que golpeó a una mujer a las afueras de un bar recientemente -, hasta ataques con ácido cometidos por varios hombres en Colombia y en otras latitudes del planeta y que han salido a la luz pública en los últimos días.

El ejercicio de poder que esas agresiones suponen pasa también por violencias verbales, simbólicas y psicológicas de las que hemos sido objeto históricamente las mujeres, porque continuamos siendo consideradas por la sociedad – especialmente por los hombres - como OBJETOS. Objetos de posesión, de control, de sumisión, de trasteo, de vejámenes y de deseo. Objetos a los que se les controla su sexualidad, pues el patriarcado tampoco podría existir sin el dominio de la sexualidad femenina –encarcelada entre la procreación, el matrimonio, nociones como la virginidad y la fidelidad, y el juzgamiento machista de la sociedad -.

Recientemente platicábamos con mujeres de distintos países Latinoamericanos, sobre cómo la mirada masculina nos cosifica y nos convierte en una cosa para la posesión sexual. Algo tan simple como la acción de ver, puede tener efectos de intimidación y es ejercicio de poder y control en contextos en los que no hay simetría para su ejercicio. No se trata de negar el deseo, ni la atracción física o sexual. Se trata de problematizar cómo ha sido educada la mirada masculina en relación al cuerpo de las mujeres y el sexo.

También es interesante preguntarse si esa mirada es igual en todos los países y continentes. ¿Qué relación tiene esa manera de observar con la experiencia de colonización experimentada en América Latina? En territorios cercanos a una visión religiosa tan penalizadora de la sexualidad como es la católica, vale la pena interrogarse cómo los tabú frente al sexo han despertado una obsesión por el sexo que a través de la “libertad sexual” no logran liberarnos de la represión misma. Por el contrario, a veces parecen reforzar el lugar privilegiado que los hombres han adquirido en ese esquema represor y no nos convida a subvertir la práctica sexual hegemónica sino que más bien terminamos replicándola – algo que quizás también ocurre en las relaciones entre mujeres y que está abierto para el debate -.

Derrotar el patriarcado y la colonialidad – el legado del colonialismo – supone repensarse la sexualidad sin dejar que se reconfigure el modelo dominante que anula a una de las partes en la experiencia erótica; rechazar la aceptación social de la violencia y estar atentas como mujeres a identificarla y denunciarla.

Bellota

martes, 23 de agosto de 2011

A este feminismo le hace falta actos heroicos...

Del romanticismo siempre me gustó la imagen del héroe o de la heroína, seres capaces de romper con las imposiciones de las sociedades en las que vivían. Un héroe o una heroína podía ser cualquiera que estuviera dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias sus compromisos con el amor, con las ideas, con la gente. Heroínas las hay de todos los estilos; Julieta Capuleto, Jane Eyre, María Cano, Juana Julia Guzmán, Rosa Parks son algunos nombres reales y de ficción que dan cuenta que para ser una heroína no hacen falta actos de peligro o de audacia extrema, alguien que dice lo que piensa sin tapujos es una heroína…..

Eso me hace pensar en la práctica política de algunas feministas temerosas del debate….esas que opinan en cafés y por teléfono pero que ni siquiera son capaces de responder un mail (no sea que alguien lo imprima y sepan lo que pienso), esas que te dicen en los pasillos que tienes razón y te dan una palmadita, esas que temen que su pensamiento se levante y cree una gran discusión, como si el feminismo fuera un club de amigas y no una postura política, una teoría critica que se fundó y se refunda día a día sobre fuertes debates.

No hay heroínas en este feminismo colombiano del siglo xxi? Ser una es sencillo, no tiene que gritar, no tiene que insultar, no tiene que renunciar, no tiene que usar un vestido al estilo mujer maravilla de color violeta….solo tiene que dejar escuchar su voz y su pensamiento, justo como hace más de 100 años lo hizo un grupo de mujeres.

Este feminismo necesita con urgencia heroínas dispuestas a cambiar el orden establecido, el cual no se transforma con falsos unanimismos o con el club de los aplausos y del mutuo elogio. Hay que retomar las discusiones difíciles, volver a hablar de proyecto político, volver a hablar de revolución cultural, volver a imaginar la acción política...alguna se apunta?

Adenda: recuerdo que hace unas semanas leí una carta que decía que había que dar discusiones de fondo y dejar de lado tonterías como las del Hotel….les recuerdo que una discusión por un florero fue la excusa perfecta para llamar a la desobediencia y a la independencia…….

miércoles, 17 de agosto de 2011

El XII Encuentro feminista latinoamericano es de todas… incluso de quienes tenemos diferencias en las formas de organizarlo.

Las integrantes de Desacato Feminista hemos reflexionado de manera individual y colectiva sobre este proceso de debate, seguras de que nos anima un espíritu propositivo y democrático. Este documento presenta nuestras conclusiones y los pasos que queremos andar de aquí en adelante:

  • Reivindicamos nuestra postura, como colectivo y como feministas. Nuestras palabras y posturas surgen de nuestras propias reflexiones y no somos voceras de nadie distinto a las cuatro feministas que pertenecemos a este colectivo, de ahí que reafirmamos que el origen de nuestras diferencias son nuestras convicciones y nuestra apuesta política.
  • Nuestra crítica se ha dado teniendo en cuenta que nosotras mismas hemos sido parte de este proceso y por ello nos sentimos co-responsables del curso que ha tomado la organización del 12 EFLAC. Sin embargo, consideramos que los espacios no han garantizado la expresión del disenso o la diferencia dentro de la organización. Diferencias que se construyen en el proceso y que no pueden ser negadas simplemente con el argumento de que no se expresaron desde el principio.
  • Consideramos que hay una grave divergencia entre lo expresado en el documento central del 12 EFLAC: Desatar, Desnudar y Reanudar y las prácticas reales en la organización del evento. Si como se ha dicho, “el Encuentro ya empezó”, consideramos que asuntos básicos como llevar adelante un proceso abierto, inclusivo y plural, en donde tuvieran voz y participación las regiones y feministas de todo el país han sido reiteradamente incumplidos. Voces de las regiones expresaron el desacuerdo con el monto de la inscripción y el lugar del Encuentro y nunca se abrieron los escenarios que permitieran circular estas diferencias.
  • Consideramos que no somos reconocidas como pares o interlocutoras válidas. Recordamos con Mouffe, que expresar la diferencia es parte de un proceso democrático, en el que se deben propender por plantear conflictos no antagónicos sino agonistas: “el agonismo establece una relación nosotros-as/ellos-as en la que las partes en conflicto, sin bien admitiendo que no existe una solución racional a su conflicto, reconocen sin embargo, la legitimidad de sus oponentes. Esto significa que, aunque en conflicto, se perciben a si mismos como pertenecientes a la misma asociación política, compartiendo un espacio simbólico común dentro del cual tiene lugar el conflicto”.
  • Consideramos que las decisiones han sido tomadas al margen de cualquier debate. En ese sentido, se ha querido instalar la idea de que estamos boicoteando el EFLAC y no lo que en realidad hemos querido: proponer, debatir y criticar para construir. Se ha planteado nuestra postura como antagónica con el fin de restarle legitimidad y con ello ignorar el conflicto.
  • Sabemos, porque hemos estado allí, que la decisión sobre el lugar del EFLAC se tomó de manera mayoritaria pero no consideramos que sea una decisión colectiva como expresan en la carta que nos enviaron. Para nosotras lo colectivo tendría como base un consenso, consenso que no se logró y que se resolvió votando y por mayoría. Frente a lo que sólo queremos traer la reflexión de Elias Canetti “Nadie ha creído nunca de verdad que la opinión de la mayoría en una votación sea también por su mayor peso, la más sensata”.
  • Siguiendo con nuestra idea de plantear un conflicto agonista, queremos manifestar que en este momento lo que está en juego y lo que estamos retando es un tipo determinado de relaciones de poder. No estamos de acuerdo y estamos dispuestas a luchar por transformar la creciente concentración del acceso al dinero de la financiación y de la toma de decisiones. Desde nuestro punto de vista hay diferencias de clase profundas que se manifiestan en el peso que se le da a la voz de unas y de otras y su influencia en las decisiones que se toman. Nos oponemos a reproducir esa tradicional práctica patriarcal de que quien tiene el dinero es quien manda y es al dinero al que hay que obedecer.
  • En ese sentido, consideramos que el dinero de la financiación del EFLAC lo lograron las responsables de la tarea por el carácter político, simbólico e histórico que tiene dicho Encuentro y no por acciones individuales. Desde luego se necesite quién redacte un proyecto, pero el dinero no se lo dan a una persona, sino al feminismo de América Latina y el Caribe.
  • Seguimos seguras de que el Encuentro no es de quienes lo organizan sino de las feministas de la región y de Colombia en su conjunto. Por ello no vamos a claudicar en nuestro empeño por seguir en el debate. Seguiremos participando en los foros que se abran y sobre las temáticas que nos convocan pero no desde las comisiones organizadoras sino en nuestro carácter de feministas. No queremos cancelar el diálogo ni cerrar la puerta al debate sino resituarnos, desde una posición en la que nuestras posturas no sean acalladas por el hecho de ser parte de la organización del EFLAC.

Bogotá, agosto de 2011

Celenis Rodríguez Moreno

Diana Gómez Correal

Angélica Bernal Olarte

Alejandra Ortiz Valencia

martes, 16 de agosto de 2011

De nuevo a defender el aborto

No me imagino cómo se sentirán las feministas que vienen peleando desde hace décadas por la legalización del aborto. Año tras año, presentando los mismos argumentos, defendiendo las mismas ideas y cuando parece que se da un pequeño pero fundamental paso, de nuevo y de un plumazo se retrocede escandalosamente.

Una vez más tenemos que defender un asunto básico de autonomía y control sobre nuestros cuerpos. De nuevo trataré de ofrecer los argumentos que por años hemos esgrimido en este asunto. Parto de aclarar que no estoy a favor de la simple despenalización sino de considerar el aborto como un derecho fundamental de las mujeres que debería ser libre y gratuito para todas. Es decir que, no comparto aquello de restringir el derecho sólo a algunos casos. El problema con los casos que por lo general se despenalizan, es que primero hay que probar que el sufrimiento de la mujer es tal que se “merece” un aborto legal. Para mí el aborto debería tener como único requisito una decisión libre e informada de cada mujer.

Hay que tener en cuenta que los países con experiencias de despenalización o legalización del aborto no imponen la práctica como obligación para ninguna mujer sino que cada una puede decidir. Además, por lo general, se toman en serio eso ofrecer programas integrales que incluyen educación sexual, garantías para la efectiva autonomía de las mujeres en otras áreas de su vida, información y suministro gratuito de métodos anticonceptivos; incluyendo la píldora del día después, que previene de forma eficaz el embarazo y obviamente los abortos.

También se sabe de sobra que la penalización del aborto termina teniendo un sesgo de clase: las mujeres pobres, con menor educación, menores oportunidades laborales, que viven fuera de los núcleos urbanos, aquellas que deben decidir entre comprar comida o píldoras anticonceptivas son quienes van a la cárcel o terminan muertas por abortos realizados en condiciones antihigiénicas o con técnicas rudimentarias y peligrosas.

Las mujeres con mayores recursos mientras tanto, podrán acudir a los centros en donde se seguirán realizando abortos a pesar de la prohibición, les darán unas pastillas en la mayoría de los casos o un sencillo procedimiento les permitirá seguir adelante con su vida. Y esto me lleva a otra reflexión: hay muchas mujeres que abortan porque no quieren en ese momento de su vida un embarazo. Lo hacen serenas, seguras y tranquilas porque prefieren abortar a cargar con una maternidad no deseada. El aborto para todas no es ese acto lleno de dolor y desesperación que nos han querido pintar. No niego que para algunas lo es, pero para muchas no y éstas últimas merecen ejercer su derecho tanto como las otras.

Finalmente, es importante resaltar que ningún método anticonceptivo es 100% seguro. Es decir, por más que se tomen todas las medidas siempre hay riesgo de embarazo, así que lo mínimo sería poder decidir no tener hijos ni hijas en una sociedad en donde la maternidad es una carga para las mujeres: podrán decirme que algunas la gozan y las felicito pero no podrán afirmar que la sociedad, el Estado o los varones asumen de verdad la responsabilidad que tienen en el cuidado y la crianza de los hijos y las hijas. La maternidad transforma de manera definitiva la vida de las mujeres: lo mínimo es poder decidir cuándo se quiere asumirlo, si es que se quiere.
Bombón

martes, 9 de agosto de 2011

La construcción colectiva es tuya y mía

Muchos procesos sociales surgen a partir de deseos o pequeñas ideas en abstracto, desde planear pilatunas escolares, realizar “trabajos en grupo” como nos propone la academia, hasta el reto de organizar el XII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Colombia. Casi sin darnos cuenta, nos vamos juntando, vamos creando ideas nuevas, construyendo apegos, enlazando corazones, generando amistades que superan en tiempo e impacto los propósitos iniciales para los cuales nos habíamos reunido la primera vez.
Desde el feminismo he aprendido de manera consciente que construir conjuntamente es posible. Lo he escuchado llamarse “construcción colectiva” y ha sido una metodología con la que hemos hecho trizas el mito de que “las mujeres no podemos trabajar juntas, nos tiramos rayo y nos tenemos envidias mutuas”. Todo lo contrario, es una forma de actuar diferente, mucho más abierta y franca, con consciencia del disenso, con espacio para el conflicto y con la oportunidad de transformarlo.
No queremos Unidades Nacionales dentro del feminismo, no es nuestro deseo homogeneizar nuestros pensamientos para fingir que no pasa nada. Queremos caminar juntas sin temores, aprendiendo de los debates y las críticas. En la construcción colectiva no se necesita generar bandos, no se construye desde los odios. El EFLAC no le pertenece a una o a dos, es de todas y no es de ninguna. Es parte del acumulado histórico de las feministas, porque las mujeres no nacemos, sino que nos queremos construir colectivamente.
Burbuja

sábado, 16 de julio de 2011

La odiosa existencia del patriarcado

Días pasados nuestro blog suscitó una serie de comentarios en facebook que me llevaron a escribir unas líneas que quiero compartir. Primero parto de decir que el patriarcado no se puede entender moviéndose de particularidades – la historia de una sola persona - a generalidades abstractas, sino que se comprende observando la vida diaria con lentes capaces de escudriñar las relaciones de poder en la cotidianidad. No se trata de decir que los hombres son malos per se o que son simples víctimas del patriarcado porque los construyeron machos, o que las feministas somos resentidas por experiencias negativas en el amor. Lo anterior podría decirse de un hombre que ha fracasado en el amor y/o que habla con rabia de sus relaciones pasadas. Si bien cada ser humano es particular, es bueno recordar que es hijo e hija de una época y de una educación concreta. En ese sentido es una ceguera no reconocer que los hombres reproducen los privilegios que una estructura de poder milenaria como el patriarcado les ha significado. Sin duda todos, conciente o inconcientemente, voluntaria o involuntariamente lo hacen. Desde el más "consecuente" con los debates feministas y de género, hasta el más violento es educado para tener privilegios. De esos acumulados cotidianos todos hacen uso. Las feministas no nos hemos dedicado a hacer campañas de desprestigio contra el género masculino, sino que hemos estado haciendo visible lo invisible. Ponemos a la luz pública y decimos en voz alta que algunos hombres, aun siendo avanzados intelectual y políticamente, quieren mantener la supremacía sobre las mujeres en esas esferas, controlar el tiempo de sus parejas y las decisiones que se toman en las relaciones amorosas. Hombres y mujeres somos educados de manera diferencial, inclusive para el sexo y el amor. Basta echar una mirada al paso por el colegio, a la vivencia en el hogar durante la adolescencia o al de la calle durante distintas etapas de la vida, para constatarlo. Esas experiencias diferenciales también ocurren en el trabajo, en la política, en la academia, lo cual en una sociedad patriarcal - es decir, donde los hombres tienen una supremacía de ejercicio de poder sobre las mujeres - significa que como género femenino seguimos viviendo la opresión. Hacer evidente eso no implica decir que los hombres son malos, sino que invita a mirarnos, a reinventarnos, a ser éticamente generosos dándonos cuenta de cómo hemos sido educados y educadas y hacer el intento de transformarnos. No hay peor negación a la transformación que tachar al otro de “resentido” y cerrar la posibilidad de observarse a si mismo. Nada más fácil que aliarse con quienes han sustentado el poder por siglos – los hombres en la relación hombre/mujer – y echar la responsabilidad a las últimas de lo que ocurre. Contiene un alto poder de transformación ver la cotidianidad y a nosotros y nosotras en ella con ojos autocríticos, para saber como cada quien contribuye a ese adefesio que se llama patriarcado sin olvidar la historia. En esa historia los hombres han tenido un poder real y simbólico mayor que el de las mujeres. Además de ser eso inequitativo, el problema es que usan el poder para dominar. El día que los hombres renuncien a eso y quieran construir en igualdad con las mujeres, habremos avanzado un gran paso en destruir el patriarcado. Bellota

lunes, 11 de julio de 2011

Respuestas recibidas a nuestra iniciativa: En busca de un cuarto propio

Queridas amigas de Desacato Feminista:

En primer lugar reconocemos y agradecemos los aportes que han hecho al proceso de preparación del 12 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que, estamos seguras, será un espacio que nos permitirá desnudar, desatar y reanudar muchos de los asuntos que nos ocupan como feministas.

En cuanto a la invitación pública que han hecho para que se busque un lugar alternativo al hotel Crown Plaza Tequendama para llevar a cabo el 12 Encuentro, queremos comentarles que, tal como lo expresamos en carta abierta de fecha 2 de julio, después de mucho reflexionar y discutir en diferentes espacios hemos decidido que el 12 Encuentro se lleve a cabo en este hotel. En esa comunicación exponemos largamente nuestras razones y los sentimientos que acompañaron la ratificación de la decisión inicial (Carta Abierta www.12encuentrofeminista.org)

Finalmente, quisiéramos llamar la atención sobre la convocatoria que han hecho para que la búsqueda de otra sede se haga en nombre del 12 Encuentro. Si bien el Encuentro es un espacio colectivo, abierto a todas las que quieran aportar a su construcción y en el que todas queremos y podemos trabajar de manera conjunta, no consideramos apropiado que el nombre del 12 Encuentro se utilice para gestiones de esta índole, que en un momento como este pueden generar mucha confusión, máxime sin que se haya llegado a una decisión colectiva al respecto. La Comisión Coordinadora Estratégica es el equipo de trabajo que representa a las distintas comisiones que se han conformado para la organización del 12 Encuentro y es desde allí desde donde hemos venido comunicando nuestras decisiones y realizando las gestiones del Encuentro.

Reiteramos nuestro deseo de seguir trabajando con todas las feministas en el reto y las alegrías que nos trae la realización de este 12 Encuentro en el que celebraremos treinta años de encuentros feministas y el que reanudaremos nuestro camino reconociendo los disensos y los desacuerdos pero, finalmente, construyendo un presente y un futuro feminista para el mundo.

Un abrazo sororal,

Comisión Coordinadora Estratégica

Ana Cristina González, Beatriz Quintero, María Cristina Suaza, Florence Thomas, Marina Bernal, Mónica Sánchez, Paola Salgado, Vanesa Gómez

Respuestas recibidas a nuestra iniciativa: En busca de un cuarto propio

Querida Alejandra y demas compañeras, pares en la preparación del proximo encuentro feminista que firman este mensaje- El hotel Tequendama se separó con el debido tiempo previa la suficiente consulta realizada por Marta Tamayo , ustedes compañeras conocieron la decisión hace algunos meses, no es hora entonces que quienes estuvimos cerca de esta decisión, nos pongamos en seguir al grupo que exige cambiar de sitio (aunque claro ustedes estan en la libertad). El procedimiento que Ochy y otras hicieron, no fue el mas bonito, solidario y oportuno.

Ahora bien, quiero recordarles que en este Hotel se han realizado muchos,pero muchisimos eventos de la sociedad civil, incluyendo de las mujeres activistas de paz. Aqui muchas de nosotras estuvimos sesionando los congresos de paz y pais, alli estuvieron las mujeres de negro, alli se han hecho los eventos de Codhes, de la Asamblea permanente de la Sociedad civil, de Corporacion Nuevo Arco Iris, en fin.

No veo razon suficiente para abandonar la decision tomada por la coordinación , aunque sea de propiedad de militares jubilados, no veo cual es el problema. Me parece de verdad, como dice una compañera, Norma Villareal, que hay debates mas importantes que meternos en esto.

Alejanda, Angelica,Celenis y Diana me parece que no es muy pertinente la propuesta de ustedes en este momento!!! sigamos adelante con la preparación y que vengan mejores debates conceptuales, metodologicos etc!!

Un abrazo

Gloria Tobon

miércoles, 6 de julio de 2011

El difícil camino de la coherencia

Ser consecuente o coherente desde mi punto de vista es tratar de que los principios y postulados éticos que una persona expresa o defiende se concreten en sus acciones, opiniones y formas de relacionarse. En este sentido tiene dimensiones subjetivas, prácticas y relacionales que lo hacen profundamente complejo. Para las feministas implica tratar de hacer que nuestras acciones en el ámbito personal, familiar, relacional y colectivo no contradigan los postulados básicos de nuestras posturas políticas.
En el feminismo, ser consecuente es difícil porque implica un ejercicio permanente y a veces agobiante de pensar cada palabra, cada opinión, cada acción. Implica tratar de develar el sesgo sexista, racista o clasista de todo, todo el tiempo. Básicamente es el intento de ser feministas en un mundo sexista, que nos construye como mujeres y por tanto deja una tremenda impronta en cada una de nosotras de la que no es fácil escaparse: los cánones de belleza, las formas de relacionarnos con los varones y con las otras mujeres, la valoración de sí mismas, entre otros, son aspectos que debemos resistir, deconstruir y reconstruir de manera cotidiana.
El intento de ser feministas en un mundo racista implica mantener de manera permanente una actitud vigilante para develar en cuáles situaciones se reproducen prejuicios, actitudes o acciones racistas y tener presente que el sexismo no nos afecta a todas por igual, que no es universal sino que se combina con otro tipo de opresiones, que como el racismo hacen que algunas mujeres vivan situaciones de injusticia que otras no, que hay que estar atentas a su palabra y a resistir cualquier intento de homogenización en un supuesto sujeto del feminismo, cuando en realidad hay múltiples sujetos, que están cruzados por opresiones, desigualdades e injusticias específicas.
El intento de ser feminista en un mundo capitalista, implica saber que no podemos conformarnos con la democracia cuando este orden político convive con la injusticia social, cuando se mantiene sobre la base de un sistema económico depredador, inhumano, militarista y corruptor. Ser coherente en este sentido, implica nada menos que resistirse a casi todo lo que existe, ya que el capitalismo ha sido hábil para construir un discurso autolegitimador basado sobre todo en la idea de que no hay una opción mejor, que no hay alternativas a este sistema económico (capitalismo) y su régimen político (la democracia liberal).
La coherencia es un asunto individual sin lugar a dudas, pero también conlleva aspectos colectivos. Trascender el nivel de resistencia personal y llegar a la posibilidad de hacer transformación social requiere la acción colectiva y depende del actuar juntas. Finalmente, la coherencia no se logra siempre y por completo todo el tiempo, se lucha y se construye de manera cotidiana en nuestras acciones, es un objetivo ético, por ello ninguna está en la posición privilegiada para juzgar la coherencia de las otras. En el feminismo, cada una es jueza de la coherencia de sí misma y de sus acciones, y se espera que la fuerza y la solidaridad colectiva ayuden en el proceso.

Bombón.

miércoles, 22 de junio de 2011

Sobre el lugar de realización del Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe

Comunicación a la Comisión Coordinadora del XII EFLAC

Conscientes de la importancia de hacer aportes para avanzar en el debate generado a propósito de la decisión de escoger el Hotel Tequendama como sede de nuestro encuentro feminista, queremos expresar las siguientes consideraciones:

- Este debate no debería ser visto como un intento de boicotear u obstaculizar el proceso de preparación del XII EFLAC sino como un paso más, de los necesarios que llevarán a realizar un Encuentro que quiere reunir a distintas expresiones feministas de la región.

- En ese sentido, esperamos que el comité coordinador del XII EFLAC en Colombia, tome estas reflexiones como aporte para repensar y reorientar decisiones que, aunque tomadas de acuerdo a las reglas que hemos ayudado a construir durante el proceso, no pueden erigirse en verdades absolutas o inamovibles si ellas son cuestionadas o controvertidas por distintas voces feministas de Latinoamérica.

- Las integrantes de Desacato Feminista, hemos sido parte de los espacios de diálogo y de las comisiones de preparación del EFLAC, y hemos insistido en asumirlo como un espacio del que todas somos parte. Por ello, nos sentimos comprometidas y responsables por lograr un EFLAC coherente y responsable con postulados éticos básicos del feminismo.

- Queremos expresar a las dos corrientes más visibles del feminismo de la región: las autónomas y las llamadas institucionales, que nuestra postura es independiente porque aunque a veces no lo vean, el feminismo en la región es mucho más diverso y plural y no tiene dos orillas sino múltiples. Desacato Feminista es una de esas expresiones comprometidas con el feminismo, otros mundos posibles no capitalistas ni patriarcales, el pacifismo y la libertad sexual.

- Sobre el cuestionamiento al lugar de realización del EFLAC, el Hotel Tequendama, queremos ofrecer argumentos para que se reconsidere esta decisión. El primero, tiene que ver con que “el Hotel Tequendama es una sociedad anónima de economía mixta que contribuye con sus utilidades al pago de las asignaciones del personal en retiro de las Fuerzas Militares”[1]. No podemos escapar a la innegable relación de las fuerzas armadas de Colombia con la violación de derechos humanos, entre lo que se cuenta la violencia sexual contra mujeres y niñas. Sabemos que a veces las angustias, las presiones, y el deseo de tener un espacio adecuado para el evento nos hacen olvidar la historia del país, pero el Comité Coordinador debe reconocer que estamos en una coyuntura crítica en la que se ha conocido una nueva denuncia de casos de violencia sexual contra mujeres, en el marco del conflicto armado, en la cual se afirma que el 83% de dichas agresiones fueron realizadas por miembros de la fuerza pública. A ello se une el asesinato de Ana Fabricia Córdoba en el que por acción o por omisión las fuerzas armadas tienen una responsabilidad directa.

- En este momento en que el tema ha retomado visibilidad nos preguntamos si es sostenible defender la realización del XII EFLAC en el Hotel Tequendama. Nosotras nos hemos hecho la pregunta y respondimos negativamente. No creemos que se pueda hacer compatible un EFLAC en condiciones logísticas y operativas óptimas y al mismo tiempo entregar dinero a un actor del conflicto que ataca de manera cotidiana a las mujeres como arma de intimidación, terror y guerra.

- Sabemos del esfuerzo y compromiso de las comisionadas para dinamizar el proceso de preparar un encuentro de la magnitud y trascendencia de un EFLAC. Valoramos el trabajo voluntario que todas hemos puesto de diferentes maneras, y la confianza que hemos depositado en todas para respaldar las decisiones que sean necesarias tomar en el camino recorrido hasta ahora, pero también apelamos a la posibilidad de expresar la diferencia, el disenso y que se tomen en cuenta argumentos éticos y políticos para decidir lo operativo y logístico. No sabemos si es tarde o no para cambiar el lugar, pero pedimos que se considere por ejemplo, hacer uso de varios hoteles para el hospedaje y concentrar las actividades en un lugar público como una universidad, que aunque a todas luces es menos cómodo, y exige mayores sacrificios a las participantes, tendría mayor acogida y mayores posibilidades que la actual opción.

Nos gustaría conocer sus análisis y decisiones mediante una nueva Boletina que nos permita avanzar en el diálogo y en la organización del que queremos siga siendo nuestro espacio de encuentro feminista,

Alejandra Ortiz Valencia

Angélica Bernal Olarte

Celenis Rodríguez Moreno

Diana Gómez Correal

[1] http://www.gsed.gov.co/entidad_desc.asp?ID_ENTIDAD=16

martes, 14 de junio de 2011

Tres escenas lésbicas sin final alternativo: Escena 2. El bar

Después de mi fallida experiencia en el chat, decidí aventurarme en un bar….. recuerdo que lo primero que noté al entrar, era que tenía muchas mesas y alrededor de ellas se congregaban grupos de cinco o seis chicas que solo hablaban o bailaban entre sí. Las demás, las pocas que no tenían grupo estaban en la barra desahogándose de alguna pena amorosa…..ante ese panorama, decidí quedarme en la barra (en realidad no fue una decisión, era lo que tocaba) y observar a ver si aparecía alguna chica interesante…….

Pasaron los minutos y todo seguía igual, de pronto una chica atractiva se acercó a la barra y me sonrió, entonces aproveché para hacerle una pregunta profunda e interesante (sacada del exclusivo manual de una monja en clausura) te gusta la música?...la chica volvió a sonreir y me dijo “no es muy buena, pero “aguanta”……cuando estaba a punto de volver a hacer otra de mis fabulosas preguntas aparecieron dos chicas con expresión antipática y le dijeron algo al oído, después me miraron mal y se la llevaron…..al parecer sus compañeras de grupo, ya le tenían reservada pareja….

Mi segundo intento llegó media hora después….y tengo que decir que fue una osadía, pues saqué a bailar a una chica que estaba con su grupo, recuerdo sentir sobre mi espalda el peso de cinco pares de ojos escrutadores. Mientras bailábamos le pregunté si trabajaba o estudiaba (por favor no me juzguen mal por esas preguntas…todo era producto del desespero)…..bailamos más de dos canciones y a la tercera me dijo “me gustaría seguir bailando contigo pero tengo novia y además las chicas con las que estoy conocen a mi novia y le pueden contar”….

Vaya!! me acababa de topar con un nuevo elemento…LA COMUNIDAD, la cual se podría definir como el “grupo de amigas” que vigilan la moral y las buenas costumbres a la manera de una Gran hermana……ya sea en grupo o por separado, conforman una red de información que da cuenta de lo que hacen en pareja o por separado cada una de sus integrantes.

Ya no se trataba solamente de las ideas que tienen las lesbianas acerca del amor, el sexo y la pareja….sino de la conformación de grupos o comunidades que controlan y establecen el deber ser de los relacionamientos entre lesbianas…….puede parecer una exageración mi afirmación, pero si tenemos en cuenta que las lesbianas se encuentran en los márgenes de estas sociedades patriarcales con todo el aislamiento que ello conlleva, entonces podemos entender el poder que en sus vidas puede llegar a tener la pertenencia a un grupo….

Dicho esto, no se puede negar que son importantes como grupos de apoyo o redes de solidaridad pero que ironía cuando se erigen en comunidades de control de los cuerpos de las lesbianas…..qué difícil es la autonomía de nuestros cuerpos cuando seguimos construyendo con las herramientas del amo (patriarcado)…..nos vemos en la tercera escena!!

Lisa Simpson

lunes, 6 de junio de 2011

Somos prescindibles

Aunque reconozco que de forma artificial, quiero establecer un vínculo entre hechos que a primera vista tendrían poco que ver uno con otro. El primero, la renuncia de Mariela Barragán a la terna del Polo que busca designar el reemplazo de Samuel Moreno en la alcaldía de Bogotá; en segundo lugar, la posterior incorporación de Clara López a dicha terna; y, por último la renuncia de la ministra de Defensa e integrante de la Comisión Ejecutiva, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Carme Chacón, a presentarse a unas elecciones primarias para definir el o la candidata a la jefatura de gobierno en las próximas elecciones.

Reconozco la distancia no sólo geográfica sino también política de los hechos, pero me atrevo a ponerlos en el mismo plano porque son síntomas cada uno a su manera, del papel y el carácter prescindible que tienen las mujeres en política. Para ello quiero retomar las palabras de un político español a quien le preguntaron por el evidente incumplimiento del acuerdo previo de realizar unas primarias para elegir entre la ministra y el vicepresidente, al/a candidato/a del partido, quien afirmó que: el escogido (nombrado como candidato por los “Barones” – todos son varones- del partido) es el "candidato natural" y "legítimo". Afirmaciones hechas por un integrante de un partido que ha tenido como bandera principal “la igualdad”. Los argumentos dados por la Ministra sugieren que renunció por el “bien del partido” y la “estabilidad del gobierno”.

En el caso de Bogotá, y en particular del Polo, Mariela Barragán, era la única de esa primera terna con experiencia real y amplia en asuntos administrativos y de gobierno, que ante la acusación de estar inhabilitada, renunció de manera inmediata a la oportunidad de ser elegida para evitar que el proceso se dilatara más de lo que ya lo hace el presidente. ¿Habría hecho lo mismo Tarcisio Mora o Jaime Moreno si fueran ellos los acusados?

Clara López, quien ha estado al frente del Partido en su peor momento, con un proceso de construcción de liderazgo al frente de la Secretaría de Gobierno y con un claro interés de ser candidata a la alcaldía; ha sido incluida en la terna lo que considero, va en detrimento de su interés personal de hacer carrera política, si resulta elegida para cerrar el periodo de gobierno de la alcaldía. Seguramente el tiempo que resta se quemará en defenderse de acusaciones de corrupción y en dar la cara a los evidentes problemas de la ciudad. Nadie va a decir públicamente, ni siquiera un integrante su partido, que seis meses no son suficientes para resolver los problemas que la ciudad no ha resuelto en años.

En estos casos, las mujeres renuncian al logro de su ambición personal (uno de los ingredientes del quehacer político), en nombre del bien del partido, del bien del “colectivo”. Cuando hay que prescindir de alguien, si hay que sacrificar a alguien, esas son las mujeres que en todo caso siempre han sido más “seguidoras” que “lideresas”. La exclusión de las mujeres de la política no se diferencia en partidos de izquierda o de derecha. Ninguno de los dos espectros ofrece un escenario propicio para la ambición de las mujeres, porque lo que es “legítimo y natural” es que sean los varones los que hacen política, ellos no renuncian ni se sacrifican, ellos son políticos. Nosotras, somos prescindibles.
Bombón

jueves, 2 de junio de 2011

La lucha será feminista, o no será…

Eso gritaron las mujeres en la reciente movilización del M-15 en Bogotá. Esta iniciativa de la sociedad civil española que ha invitado a tomarse las plazas públicas, ha tenido lugar también en las diferentes embajadas de España en el mundo. Con diferentes consignas, este movimiento de sectores de la sociedad civil española ha querido expresar su hastío por la falta de una democracia real o por lo menos, más cercana a su realidad. Podría decirse que como muchas de las manifestaciones sociales, tiene un trasfondo legítimo: inconformidad, agotamiento y necesidad de expresarle a gritos a la elite que algo pasa y hay que actuar; que la crisis por la que atraviesan no es solo una cuestión de números, que la ciudadanía no es una mercancía y que la protección de los derechos es un asunto de primer orden. Tal como muchas marchas de una sociedad tan activa como la colombiana, o como muchas otras de los pueblos indígenas, o las más recientes en el medio oriente, ahí estuvieron este grupo de españoles y españolas, en plantón, con carteles y marcadores, pero había una diferencia….

Era una consigna particular, a modo de advertencia: “La lucha será feminista o no será”. Con firmeza este cartel, se sostenía como todos los demás, esos que mandaban a “Zapatero a hacer zapatos”, o los que exigían “menos recortes sociales y más recortes militares”. No creo en una sociedad modelo, pero comparto con este grupo de personas que en efecto, las luchas por una sociedad justa, libre e igualitaria se dan completas, o mejor no se dan. Este grupo no hablaba primero de “lo urgente” y luego de “lo importante”; no estaban pidiendo pan, pensando que los derechos vendrían por añadidura… Me da gusto ver la trascendencia del feminismo que nos ha enseñado que nuestras luchas son por un mundo más igualitario y con derechos, es decir, por un mundo mejor del que nos beneficiamos todas y todos.

Burbuja

sábado, 28 de mayo de 2011

Tres escenas lésbicas sin final alternativo

Hace dos o tres años, después de terminar con mi novia, me descubrí sin ganas de volver a tener una relación amorosa, pero con deseos de tener sexo. Así que emprendí la búsqueda de sexo casual. Para ello pensé en tres espacios: el chat, el bar y algunos grupos o tertulias de discusión lésbica, debo decir que mi plan se veía prometedor.

Escena 1. El chat. Siempre pensé que los chats servían como medio para conocer gente, compartir intereses, planear encuentros y conseguir sexo (virtual y no virtual) pero me equivoqué porque en los chats para lesbianas solo se habla de amor, del primer amor, del amor verdadero, del amor eterno, del amor “sin infidelidades”, del amor monogámico…..es tanta la fiebre romántica que van de un lado para el otro links con canciones de Ricardo Arjona, Alejandro Fernández y Franco de Vita acompañadas de videos con atardeceres rojizos frente al mar. A todo esto se le podía sumar la actitud melodramática de las internautas que exclamaban frases como. “me quiero morirrrrrrr, ya no creo en el amoorr” o “juro que no me vuelvo a enamorar”…

Después de leer y escuchar todo esto durante tres días, una chica se dignó a escribirme para hacerme la clásica pregunta de qué significa tu nick, lo cual una vez explicado desembocó en una larga serie de preguntas sobre nivel de escolaridad, aficiones, intereses etc. El cuestionario lo resolví en una hora y de mala gana, aunque lo peor es que yo debía hacer las mismas preguntas, para mantener el interés de la susodicha…….por fin llegó la pregunta importante Por qué entraste a este chat?...... le dije que buscaba conocer chicas para tener sexo……recuerdo que el silencio fue largo…..y se rompió con la frase, te equivocaste de lugar (vaya telenovela!)……porque aquí todas somos amigas y queremos conocer gente para relaciones serias. Yo solo alcancé a decir “pero es que yo quiero sexo en serio”…….después de eso nadie me habló …..fui expulsada cual Eva pecadora del ciberjardín de las lesbianas…….

Me quedé pensando…será que a las lesbianas no les gusta el sexo? …o será que son todas fieles, buenas, monógamas y decentes como lo demanda la norma patriarcal?...en que momento ocurrió que la imposición del patriarcado se convirtió es una aspiración lésbica? O será que la estrategia política de las lesbianas estriba en llevar a lo más alto la moralidad patriarcal? (por favor no dejen de avisarme si funciona!!!!). No hay finales alternativos para las lesbianas excepto la pareja, la casita, las mascotas y 20 años de convivencia?......es solo esto lo que podemos tener?....... Esta historia continuará…..con la escena dos y tres…..

lunes, 23 de mayo de 2011

De la discriminación a la opresión

Pocas teóricas políticas feministas han sido tan claras y concretas para analizar y describir la complejidad de la injusticia que viven las mujeres y otros grupos sociales, como Iris Marion Young (1949 – 2006). Ella rompió con la idea hegemónica del feminismo de la igualdad de que la única categoría para entender la situación de las mujeres era la discriminación: para ella esta es una idea liberal, que vuelve un asunto individual, e incluso de percepción, la situación de desventaja de las mujeres. Pero no se quedó sólo en la crítica sino que construyó un robusto cuerpo teórico para entenderla. Para ella, las mujeres vivimos, junto a otros grupos sociales, en un sistema de opresión en donde confluyen cinco tipos distintos de injusticias: Explotación porque, no podemos disfrutar de los beneficios del trabajo que hacemos sino que otros lo disfrutan y se enriquecen por ello. Marginalización, porque todavía hoy seguimos excluidas de espacios sociales tales como los trabajos de calidad o las decisiones políticas. Falta de poder, porque vivimos y trabajamos bajo la autoridad de otros, tenemos poca autonomía y difícilmente tenemos autoridad sobre nosotras mismas o sobre otros. Imperialismo cultural, porque alimentado por el racismo y el colonialismo, nuestra experiencia y nuestra situación se estereotipa, es invisible, o se tienen pocas oportunidades de ser escuchadas o de expresar nuestras posturas. Violencia, porque cada mujer como individuo, tiene el riesgo de vivir un ataque físico, psicológico o sexual o de ser amenazada con ello, sólo por el hecho de ser mujer. La vigencia del feminismo se refrenda porque ninguna de estas condiciones da muestras de transformarse en el mediano plazo a partir del orden político actual. La democracia, los partidos políticos y algunas expresiones sociales se han quedado estancadas, e incluso son funcionales a un sistema económico que se basa además de la explotación, en la desactivación de la rebeldía, de la imaginación y de la acción colectiva. El feminismo mantiene viva la denuncia acerca de que lo que vivimos no es justo ni deseable; representa la esperanza de que todo puede transformarse y de que un sistema político y económico justo, puede construirse.
Bombón

martes, 17 de mayo de 2011

Mi cuerpo es mío

Mi cuerpo es mío retumbaba en las bocas de decenas de mujeres aglutinadas al frente de la Procuraduría este martes 10 de mayo en Bogotá. Una de las consignas expresaba que el mundo va al revés porque mientras los derechos avanzan, el gobierno retrocede. El Procurador quiere “echar para atrás” la sentencia de la Corte Constitucional – 355 del 2006 - que legaliza el derecho de las mujeres al aborto en situaciones de violencia sexual, riesgo de vida de la madre y malformación del feto. La misma consigna comenzó a ser coreada en esta misma ciudad hace más de treinta años para poner en la escena pública el valor que tiene el control del cuerpo de las mujeres en la perpetuación del patriarcado. Mi cuerpo es mío no es un simple slogan. Es uno de los principios centrales de lucha de las feministas para reclamar que nuestro cuerpo, territorio de control político del patriarcado y los hombres, debe ser uno de los espacios privilegiados de la autonomía femenina. Mi cuerpo es mío, derecho al aborto, acceso a la educación sexual y a anticonceptivos, son reivindicaciones políticas que buscan hacer visible una dominación que pasa por lo más propio e inalienable: el cuerpo. Sin embargo, en el caso de las mujeres ese cuerpo ha sido históricamente expropiado por el control extremo de su sexualidad, de la reproducción, de la imagen que se construye sobre la belleza, lo sexy y lo erótico, y por la violencia simbólica, verbal y sexual que se ejerce sobre este. También por el uso del cuerpo femenino como botín de guerra y por su conceptualización como objeto sexual. A una práctica milenaria de control del cuerpo femenino, a una práctica discriminatoria que cruza género femenino, raza, clase, edad y orientación sexual, se hacen necesarias en el presente las luchas por “derechos” que garanticen la posibilidad de una vida digna a las mujeres y un trato equitativo. También procesos culturales que resignifiquen el deseo y la mirada masculina frente al cuerpo de las mujeres, y una separación tajante entre Estado e Iglesia para que el daño que ambas instituciones han hecho a la libertad de las mujeres no se siga consolidando. Desde luego, se necesita un Estado que asuma su rol como garante de la “igualdad” y del acceso a la equidad, y que no reproduzca la dominación patriarcal desde las leyes. Es urgente, por otra parte, una nueva relación de las mujeres con su cuerpo, que nos permita construir una mirada propia de satisfacción que no pase por las imposiciones culturales sobre la belleza producto del patriarcado – y en contextos como el nuestro por la colonialidad del poder que construye modelos específicos de ser bellas geopolíticamente situados - , y que así contribuya a nuestra emancipación personal y colectiva. Para que la dominación no se re-estructure exitosamente, a lo mejor se necesite pensar en el camino cómo hacer para que los derechos que se conquistan no se estanquen, e imaginar cómo construir otro Estado o forma de organización social no patriarcal, racista, sexista, clasista ni heteronormativa que permita a los distintos cuerpos existir para realmente ser. Y así ser para existir.
Bellota Foto cortesía Andrés Gómez - Periódico El Turbión